jueves, 14 de abril de 2016

Gracias Europa

Por las noches, mientras intento dormir, me pienso en las calles adoquinadas de Florencia, en el hostal de Munich intentando comprender la lavadora que estaba en alemán; en el hostal en Praga odiando al weón de arriba por roncar tan extremadamente fuerte y en bici en las bellas calles de Valencia.
Me pienso en lo cotidiano de esos días, en caminar sin rumbo fijo; en mis ganas de perderme.
Me pienso con nostalgia, con deseos de soledad y tranquilidad. Con la urgencia de no ocuparme de nada, de programar a diario, de hacer lo que me diera la gana.
Me recuerdo a mi misma en silencio, feliz con ser yo, con conocerme y aceptarme como soy.

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