martes, 10 de agosto de 2010

Como M.V

Una de las tantas cosas que admiro de ti es tu capacidad para decir me siento mal, estoy triste, te necesito. Además de tu extremada fuerza de voluntad. Como decía Matías Vicuña. Como ese papelito que una vez me entregaste, porque también quisiste disimular, pero no sé por qué, siempre presentí que solamente era eso, puro disimulo.
Y hoy que ya ha pasado tanto tanto tiempo, millones de días, muchos meses, dos años, es que vuelve todo, y yo ya no sé qué hacer. Porque no tengo cara para una vez más romperte todo. Pero tampoco puedo hacer lo contrario. Y me condeno mil veces por eso, yo sé que soy la culpable. Pero te juro que nunca quise serlo.