lunes, 8 de noviembre de 2021

jueves, 2 de septiembre de 2021

No te vayas, quédate

Te veo en las montañas, en los buses y las camionetas Nissan. En los perritos callejeros y en las señales de tránsito de camiones. Te veo en el pasado, en mi presente y mi futuro. 

 Te veo cuando voy a la Copec, a ponerle bencina al auto. Nunca me hubiera imaginado que eso me traería, algún día, un recuerdo de ti. 

 Te veo en el agua que no quiero malgastar mientras lavo la loza. O cuando me baño por las mañanas. Cuando pienso en qué reciclar y qué no. La verdad, siempre te he visto en esas cosas. 

 Te veo en la tristeza. Y en la depresión. En todo lo que es real: en el sentimiento, en la profundidad del ser humano y su vulnerabilidad.

 En las canciones de amor y desamor. De Jorge González, Ismael Serrano, Calamaro y La Oreja de Van Gogh. 

 Te veo en mis ojos, en mi rostro; mientras tengo reuniones por Zoom. Es como si siempre hubieras estado dentro mío, medio escondido. Esperando el momento y lugar. Que pareciera nunca poder ser el adecuado... ni perfecto... ni justo. 

 Te veo en mi cuerpo. En mis pechos y en mi poto. Sobre mí, con tus labios rojos deseándome. Diciendo palabras de amor... amor del más puro. Del que es verdadero. Contigo todo es certeza. Todo trasciende y es transparente. Contigo la vida se queda inmóvil. Pero al mismo tiempo fluye.

 Te veo en mí y estoy siempre al borde del llanto: ¿cómo mierda se puede amar tanto?

domingo, 25 de julio de 2021

Amor mío

Estoy cambiando. No quisiera hacerlo, te lo juro. Pero no puedo evitarlo. Siento cómo se abren nuevos caminos, en tantos sentidos. Y no quiero soltar tu mano. Podré besar otros labios. Podré tocar otros cuerpos. Podrán tocarme otras manos. Podré escuchar otras palabras de amor, que me hacen feliz, que me hacen soñar. Pero a ti te sigo amando, amor.  Siempre quiero llegar a tus brazos. Quiero compartir nuestras noches, escuchar tus ronquidos aunque no me dejen dormir. Quiero soñar contigo nuevos mundos, nuevos lugares que conocer juntos. Besar tus labios lento. Casi como la primera vez en el paradero. Tocar tu cuerpo con el placer que me hace sentir tu piel, tu espalda, tus piernas. Ver tu hermosa sonrisa dibujarse cuando te hago reír. Tus ojitos de aceitunita. Compartir contigo lo cotidiano, y lo no cotidiano. Mirarte cómplice por las locuras de nuestra pequeñita. Ser tu familia, y ser tu pareja. Ser tu amiga y más que tu amiga. Te amo, amor. No es como la primera vez. No es como hace 12 años. Pero te sigo amando con la misma intensidad y la misma certeza. Quiero todo contigo, siempre.