Cruzo el semáforo y miro a las personas que están esperando en el paradero. Intento encontrar algún rasgo tuyo: tu pelo, tus piernas largas, tu espalda delgada, tus zapatillas acordes con la moda del momento, tus manos rojitas por el frío...
Llego a la parada, no te encuentro en nadie ni en nada.
Viene la micro, y una vez más no estuviste ahí.
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