jueves, 17 de marzo de 2011

ti-empo.

El tiempo nos hizo olvidar. Nos enseñó a mirar el uno al otro con (des)conocimiento. Con (des)amor. Con (dis)tancia.
Nos ayudó a matar las lágrimas y las alegrías. Nos ocultó lo que dolía.
El tiempo nos dejó a la deriva y se encargó de cambiarte. Se encargó de encontrar(nos) algo mejor. Espero.
El tiempo nos alejó y hay días en que lo agradezco. Pero hay otros en que no. Y reaparece la herida, surge como antes, cada noche en tu recuerdo. Viene a recordarme que no se borra todo tan fácil. Que tú no te marcharás así como así porque dejaste huellas en mi.
El tiempo nos persiguió de a poco y ahuyenta el recuerdo. Nos hace hablar con alejamiento, con (des)concierto, con (des)esperación.
Y hiere, una vez más, como siempre. Y me preguntó que será de ti en este momento. Qué sería de los dos sin este tiempo.