martes, 18 de diciembre de 2012

Como una herida en el corazón que no me duele




Como una nube cargada de agua que moja la tierra seca
como la manta que me protege cuando el invierno llega
como esa vela que se prende y me rescata de la oscuridad
...me gusta como eres.

Como la calle que siempre me lleva a ese sitio al que quiero llegar
como ese bar en la carretera en el que me paro a descansar
como esa patria sin bandera en la que me siento libre
...me gusta como eres.




lunes, 10 de diciembre de 2012

Juguemos.



Juguemos a que nos amamos desde hace tiempo,
a que tu cuerpo y el mío no son ajenos,
a que mis manos conocen los senderos
de tu vientre y su armónico secreto.

Juguemos a que me amas desde hace tiempo,
a que mi corazón y el tuyo no son prohibidos,
a que tienes la respuesta al acertijo
que descifra mis deseos escondidos.

Juguemos a que nos tenemos desde hace tiempo,
a que nos pertenecemos sin freno,
a que sabes clausurar mis labios
con el aguamiel de tus besos.

Juguemos a que somos uno desde hace tiempo,
a que nos fundimos en el mismo sueño,
a que no hay frontera en nuestros cuerpos
que pueda limitar este nítido sentimiento.

Juguemos a que te quedas por mucho tiempo,
durmamos en la misma cama de este encuentro,
finjamos que el amor es dulce y que está contento,
y después déjame, si es que llegas al intento.




Hojas Secas - Mauricio Leyva

domingo, 2 de diciembre de 2012

Sabes amor no me quemo si eres tú


Te libero


Te libero de mí, de mis males, de mi mal genio, de los domingos por la tarde en donde nunca puedo más, del odio a mis cumpleaños, de no saber cómo hacer para regalarte algo que no pierdas.
Te libero de mi desengaño, de tu karma, de mis novedades, de la contradicción que represento.
Te libero de mis llamadas que te saben a auto-compasión, de mis enredos, de mi cabello suelto, largo, lacio, sin peinar.
Te libero de mi consciencia, del desconcierto a fin de mes, de la caída, de la llegada, de mi huida inevitable.
Te libero de las fechas que debes memorizar, de las que te prohíbo que olvides, de la hora exacta en la que me debes llamar para felicitarme.
Te libero de la desesperación que te causo cuando lloro al odiarme un poco, mucho y odiarte luego a ti.
Te dejo libre para que me dejes, para que me veas de lejos y me quieras, menos.